Wednesday, September 28, 2005


I wear your ring

Lost in falls, between states,

I hear of you in constant change.

You selfish bitch, you pack of shit

I miss you.

Between the walls you left behind, in state of siege I live.

If God could ban your DNA, would I have back my piece of peace?

I miss our laughs, the thrill of being

just you and me... in bridges.

I've heard your name in 'waken dreams,

I saw the day you married me,

I've seen you old!!, my ruthless B

There is no more than you and I,

So die alone, you selfish B.

And be aware, if you come back,

I wear your ring

and you wear mine.

Seok4

Monday, September 26, 2005

Tuesday, September 20, 2005

Cimentière de Montmartre, fin Août 2005.


¿Ideas para un nombre?
Des idées pour un nom?

Saturday, September 17, 2005


*.tmp
“Si no hago algo radical con mi vida me mato”, se dijo Andrea al tiempo que despertaba.
Esa mañana se suponía que debía festejar su cumpleaños número 29.
No estaba de ánimo.
La noche anterior desconectó el teléfono y por ningún motivo consultaría sus e-mail sino hasta por lo menos dentro de una semana.
Miró en el velador el frasco de prozac que su madre le entregó la última vez que almorzaron. Idea de demostrar preocupación por lo que ella consideraba simplemente un ligero episodio depresivo y una fuerte dosis de inadaptación. Al tiempo que estiraba su mano, Andrea pensó en la posibilidad de terminar como su adaptada madre y olvidó el asunto. De todas formas, no tomar las pastillas sería una buena manera de joder a su vieja.
Respecto a la depresión, se preguntaba el por qué de tanto drama. Después de todo, en este planeta quien no es completamente imbécil y tiene además la mala suerte de contar con un mínimo de sensibilidad, no puede sino deprimirse. Era el caso de una gran parte de la gente que conocía.
La mayoría de sus amigas ahogaban su desazón en el consumo; algunas en consumo + prozac; y otras en consumo + prozac + alcohol. El sexo, curiosamente, no figuraba dentro de la ecuación.
Todas procedentes de un medio conservador castratólico, seguían creyendo que el sexo era para procrear (al menos por el momento). Lo anterior desembocaba en un impúdico número de niños que tornaba el contacto con sus antiguas amistades cada vez más difícil.
29 años y sola, lo cual realmente quería decir “sin marido”. A ojos de sus amigas más que una excentricidad tal cosa era una señal de alarma.
En resumen, tanto para su familia como para sus amistades, Andrea era un caso perdido de inadaptación.
Pensó en la posibilidad de escuchar durante todo el día los buenos deseos del tipo “espero que este año sí que no lo pierdas” y “vente a tomar té un día de estos que te voy a presentar a fulanito socio de mi marido, que es regio y buen partido”. La idea no sólo la descorazonaba sino que la sumía en el más profundo de los tedios. Andrea se preguntaba si no se trataría en realidad de una tentativa de asesinato de lo que sus amigas en el fondo envidiaban: su libertad. Aunque no hacía gran cosa con ella, era algo que la diferenciaba de su círculo. Eso, y otra cosa, su gusto por el sexo.
Andrea consideraba su líbido como equivalente al de un hombre. Al de un hombre normal, eso sí. No como los maridos de sus amigas, pensó no sin una buena dosis de sarcasmo.
Por éstos últimos sentía una especial aversión. Todos parecían clones. El mismo acento afectado, los mismos pantalones Dockers, las mismas camisas Polo. Uniforme de huevón.
En el fondo todos eran unos degenerados, pero incluso en el plano sexual resultaban grises. Las perversiones a las cuales se lanzaban una y otra vez con putas, secretarias y en algunos casos entre ellos, eran en el fondo banales. Varios le habían hecho propuestas. Con un poco de asco siempre respondía de la misma manera, “No gracias, tu esposa me dijo que eras pésimo en la cama”.
Si sus amigas supieran, pensaba. En todo caso si ellas no querían ver no era su problema y a fin de cuentas, tarde o temprano, también ellas se lanzarían a sus propias perversiones. Esta vez con el profesor de yoga, sus psiquiatras, y por qué no también, entre ellas.
¿Qué hacer durante todo el día?
Pensó en arrendar 10 películas y verlas todas de una vez. ¿Irse a la playa a leer? ¿Chatear?
No, lo que necesitaba era otra cosa. Todo eso implicaba meter información en su cabeza. Ese día precisaba lo contrario, borrar. Limpiar su disco duro de todos los archivos temporales que le habían dejado los últimos años.
Se le vinieron a la cabeza sus noviazgos, trabajos, quiebres, secretos familiares, análisis lacanianos y amantes casuales. Se imaginaba con horror la posibilidad de que por cada mala película, noticiero, blog nulo, orgasmo fallido o lugar común que había oído de alguien en su entorno durante los últimos años, quedaran 10 kb almacenados en su cerebro. A estas alturas, calculó con angustia, debería tener por los menos 50 gigas de basura en su cabeza.
Pensó en su infancia. Buscaba algo que le agradaba hacer cuando pequeña. Recordó tardes infinitas jugando fútbol con sus tres hermanos y las peleas de “hombre a hombre” por el control del ATARI.
Necesitaba hablar con un amigo.
Tal vez ahí estuviera el origen de su inadaptación, se preguntó. Quizás el contacto con los hombres desde temprana edad la había hecho conocerlos demasiado bien como para tomarlos en serio, y menos aún para pensar en casarse con uno de ellos. En cualquier caso, lo que sí era seguro es que la había dotado de un pragmatismo que suele escasear en la mentalidad femenina. Entre mujeres todo es complicado, pensó. Entre hombres es diferente, las cosas se arreglan con una buena pelea de vez en cuando, luego te das la mano y se acaba el problema. En su círculo de amigas, las rencillas se tornaban eternas y una afrenta podía tener consecuencias durante décadas.
Tomó el teléfono y llamó a Larry. Andrea lo conoció en la facultad. Su nombre verdadero evidentemente no era Larry, pero lo llamaban así por un personaje de una serie de TV de los 80 que era mujeriego y vividor. Larry se hacía llamar a sí mismo “el último gran machista”. A ojos de cualquier feminista, a las que él llamaba “vaginas beligerantes”, Larry resultaba un cerdo. Esto último no obstaba sin embargo, a que dentro de su prontuario amoroso figuraran unas cuantas orgullosas y autoproclamadas reivindicadoras de "lo femenino".*
- ¿Alo?- Larry, soy yo Andrea.
- Son las 10 de la mañana. Sólo un masaje japonés y/o una tarde se sexo pueden disculparte.
- Hoy es mi cumpleaños.
- Ok. Olvidemos el masaje japonés.
- Necesito hacer algo, no me siento bien y esto de cumplir 29 me esta matando. ¿Qué vas a hacer hoy?
- Por el momento irme a la playa contigo, tomar cerveza y fumar un par de porros. El resto improvisamos.
- Larry te adoro. Te paso a buscar a las 12.
Larry subió al auto con su aspecto descuidado habitual. Tenía algo de encantador aunque no sabía bien qué. Pero lo más importante era que siempre se podía contar con él.
- Te desearé feliz cumpleaños en su momento, le advirtió al tiempo que Andrea ponía en marcha el auto. Por ahora reexplícame tu problema.
Andrea resumió el asunto y terminaron ambos riendo con la metáfora de los archivos temporales.
- Lo que pasa es que estás con el síndrome de la mujer mayor de 28 años.
- ¿Cuál es ese?
- Demasiadas historias en el cuerpo. Varios novios, algún quasi-matricidio, reloj biológico, etc. Un amigo mío tiene una teoría al respecto. Para él las mujeres – espero que esto no te moleste, se interrumpió - son como los autos. Y cada novio o amante es como si le pasara una llave por la pintura. Después de un cierto número, evidentemente el auto comienza a arruinarse.
- Tú y tus amigos machistas... Son de lo peor! Por eso están solos.
- Bueno, tú también estás sola, ¿ acaso eres de lo peor?
- Obvio, por algo somos amigos no? contestó Andrea riendo.
- Yo tengo mi propia teoría al respecto: la sola manera de limpiar completamente el cerebro de una mujer es recurriendo al efecto terapéutico de la sodomía, dijo con aire grave y reprimiendo una sonrisa.
- ¿Quééé?
- Eso, el efecto terapéutico de la sodomía. Es más, toda mujer mayor de 28 años debería, por sanidad mental, hacerse sodomizar regularmente. Cuestión de limpiar su disco duro. En términos mecánicos, poner el cuenta kilómetros en cero.
- Estás absolutamente chiflado. O sea que lo que me hace falta es hacer eso. Esta mañana pensé en algo radical, pero no TAN radical, dijo Andrea riendo.
- Es remedio seguro. Quedan como nuevas.
- Admito que no lo he hecho nunca. ¿Y cuál es el efecto para el tipo?
- En realidad no cambia gran cosa, pero si bien no modifica la perspectiva al menos te obliga a recalcular el ángulo.
Ambos reían tontamente.
- Detén el auto, pidió Larry de improviso.
- ¿Vamos a hacerlo aquí en medio del camino?, preguntó entre risas Andrea.
- No, ven conmigo. Juntos atravesaron una cerca y caminaron hasta unos árboles en flor. Era primavera, y todo el camino estaba lleno de campos de árboles frutales. Debajo de un manzano, Larry le pidió cerrar los ojos. Cuando Andrea los abrió a su alrededor caían cientos de pétalos blancos al tiempo que Larry agitaba las ramas.
- Feliz Cumpleaños, dijo.
Fue su segundo despertar del día y se preguntó cómo era posible tal contraste en ese hombre. Era el mismo contraste que sentía dentro de ella. Entre aquel momento y cuando despertó esa mañana.
Los *.tmp comenzaban a desaparecer.
* Concepto filosoficamente indeterminado que engloba desde la necesidad de sentirse protegidas al derecho inalienable de reventarle la tarjeta de crédito al marido, just for the thrill of it (o por despecho).

Sunday, September 11, 2005

Parturition du Chili contemporain

Tuesday, September 06, 2005


Divagaciones en torno a Allende


Leo que se acaba de estrenar el documental de Allende en los cines de Chile. Leo también que es la primera vez que los distribuidores aceptan difundir un film de Patricio Guzmán. Las cosas cambian, pasa el tiempo. Las heridas cierran. Me pregunto si esto último es cierto. ¿Cerró la herida? ¿Fue en la pierna? ¿No? Y el país cojo viene de dónde entonces?.
Una voz me contesta...¡De antes poh tonto! Si no esas cosas no hubieran pasado.

¿Quién es Allende?, Se pregunta Guzmán. No hay biografías, la gente joven no conoce cómo llegó al poder. ¿Llegó al poder? Armando Uribe dice que llegó al gobierno, pero no al poder.

Después de ver el documental me encontré con un libro de los discursos de Allende. Leí el discurso ante la ONU (lleno de cifras y datos macroeconómicos y financieros) Guzmán eligió bien los pasajes. El discurso de la victoria. También leí la carta que le mandó a Aylwin poco antes del golpe ofreciendo discutir un arreglo constitucional. Y obviamente el discurso final en la radio.

“El pueblo chileno esta maduro para hacer sacrificios en aras del bien comun”.
Ahem.. ptss Salvador, parece que no...

Al escribir esto me enojo con Allende. “Estamos acelerando la historia” dijo.
Cuando hablo de esta época (justo los días en que nací) con los que tenían en ese entonces mi edad actual, me dicen: “la UP fue un gran carrete”, “teníamos sueños y luego nos cortaron las alas”. ¿No se las habrán cortado solitos?.
SE FUERON AL CHANCHO. ALLENDE!! TE FUISTE AL CHANCHO.
Me enojo, rabio. Se farrearon “la” oportunidad de cambiar las cosas. Cambiar todo en 4 años. 4 siglos de historia en 4 años. ¿Tirado de las mechas?, ¿iluso? Yo diría irresponsable.
Golpe en Uruguay 4 o 5 meses antes. Dictadura en Brasil, en Perú. ¿Y Chile? Derechito al precipicio, con el micrófono bien agarrao mierda, y las empanás y el vino tinto!
Conociendo a mi pueblo, me pregunto si los de la UP eran igual de flojos y buenos p’al arreglín como los que siempre han estado en el gobierno. Antes de la UP robaban, en la UP supongo que también, los milicos y sus titiriteros ni hablar, ahora seguimos sacándole una tajadita al erario pues.

¿Y ahora? 32 años después, desastre y horror de por medio, ¿en qué estamos? Escucho a los prisioneros y sus letras siguen igual de vigentes. No pasó nada. Los pobres cada día más pobres, la clase media asfixiada entre créditos y los ricos más ricos. Esa herida aún sangra y va a ser peor.
Cuando digo que en la UP se farrearon “la” oportunidad no exagero. En esa época había una clase media más o menos amplia (orgullo y privilegio del cono sur en América Latina), la gente leía, en Chile había editoriales ¿Y Hoy?
A lo que voy es que la desigualdad engendra violencia, hace 30 años la violencia se llamaba “revolución”, ahora “delincuencia”. Pasta base en lugar de libros, el Kike en lugar de arte.
Ojo, no soy un melancólico que extraña un época en que no vivió. Simplemente constato que los problemas siguen siendo los mismos y que la solución parece más difícil que antes sino imposible.
La última vez que fui vi gettos, pero no los pobres que siempre han estado ahí, sino de ricos. Pequeños “Conjuntos residenciales” con nombre de Santos inventados. “Santa María de las Berenjenas”. Guardias privados que piden identificación y confirman la entrada.
Me pregunto en qué estarán pensando los que controlan el país. ¿Les gusta vivir encerrados? Ojo que los guardias privados esos, son primos, hermanos o vecinos que los que se quieren robar la 4x4. ¿No sería mejor reformular las cosas de manera tal de redistribuir la riqueza subir el nivel de los pobres y evitar la violencia? Claro que sí, evidente. Pero noo poh, habría que pagar más impuestos y ya sabemos que la plata se pierde en los pantanos de algún ministerio. Bueno entonces, capacitemos funcionarios públicos bien pagados e incorruptibles que garanticen el buen manejo de esas platas. Tai loco, habría que estudiar. Y después, ¿cómo financiamos las campañas?.
Vamos derechito a otro precipicio, el de la violencia. Me cuentan que está cada día más peligroso salir a la calle, la gente más violenta. Los robos más frecuentes. ¿Y los que tienen el poder? (ojo no el gobierno, sino el poder) en sus condominios con nombre de santo. Encerraditos, con miedo a salir. Chile cambia de nombre a Bananistán.
Tirado de las mechas, tan tirado de las mechas como la UP.
El pueblo de Chile no esta maduro para sacrificios en aras del bien común.
Nunca lo ha estado. Y total, el mercado arregla todo.

Saturday, September 03, 2005

Hystérectomie cérébrale


París, brasserie, 14ème.

V: ¡L. Me debes una cerveza !
L: ¿Cómo, lo hizo?
V: Sí. Te lo anticipé ¿no?
L: ¿Nos sentamos acá?
Me parece ridículo, mezquino, pequeño incluso.
V: Yo diría prosaico, plano y desprovisto de la más mínima creatividad.
Previsible y bajo.
L: Pero V. ¿ Qué le hiciste? ¿Le prometiste algo?
V: No, nada. Simplemente me borré utilizando la más noble de las excusas. Y tu sabes que el orgullo femenino no lo resiste. Así la historia haya durado dos años o una semana.
L: Bah, las mujeres. En todo caso tu excusa era un lugar común.
V: ¿Bebes algo?
L: Un Bourgogne aligoté.
V: Mira más que molestarme me da risa. Si apenas me demoré 10 minutos en arreglarlo. Me pregunto si habrá sido ella o bien se trata de alguna gorda con el sentido de la solidaridad trastocado que en un arrebato de histeria, - o sea en un momento de alineación etimológicamente uterino -, no encontró nada mejor que hacer. Digamos, alguna cosa al menos discretamente inventiva.
L: Yo creo que el nivel de hijoputez que pueden alcanzar las mujeres cuando las dejas es inversamente proporcional a su talento en la cama.
V: Sin duda.
Nada mal el vino.
L: ¿Qué vas a pedir?
V: Rumsteck con salsa Béarnoise ¿y tu?
L: Ostras.
V: Puede que sea una cuestión cultural. Demasiadas telenovelas o canciones románticas baratas. Epistemología afectiva rosa acompañada de años y años de revistas people.
L: Eres un miserable Valmont.
V: Ergo, it is not my fault! ¿Y ella?
L: Cécile de Volanges
V: Nah… ¡Madame de Volanges!
¿Qué tal las ostras?
L: Bien, pero el pan negro no era de una frescura óptima.
¿Y la salsa Béarnoise?
V: Inolvidable.
L: ¿Como ella?
V: No, como su digicode.

Histerectomía Cerebral

Paris, brasserie, 14ème.

V : L, tu me dois une bière !
L : Comment? l’a-t-elle fait ?
V : Oui. Je l’avais anticipé,non ?
L : Nous nous asseyons là ?
Il me paraît ridicule, mesquin, même petit .
V : Je dirais prosaïque, plat et dépourvu de la créativité la plus minimale. Prévisible et bas.
L : Mais V. Qu'est-ce qu'as fait ? Lui as-tu promis quelque chose ?
V : Non, rien du tout. Simplement je me suis barré en utilisant la plus noble des excuses.
Et tu sais que la fierté féminine le ne résiste pas. Ainsi l'histoire ait duré deux années ou une semaine.
L : Bah, les femmes. En tout cas ton excuse était un cliché.
V : Bois-t-on quelque chose ?
L : Un Bourgogne aligoté ?
V : Écoute, plus que me tracasser cela me fait rire. J’ai même pas tardé 10 minutes à le réparer.
Je me demande si c’est elle qui l’a fait ou bien il ne s’agit pas d’une grosse quelle conque avec un sens de la solidarité tordu. Je vois cette grosse furieuse subissant une épisode d'hystérie - c’est-à-dire un moment d'aliénation étymologiquement utérin - et ne trouvant rien de mieux á faire. Disons, quelque chose au moins discrètement inventive.
L : Je crois que le niveau de petasserie que peuvent atteindre les femmes lorsqu’on les quitte, est inversement proportionnel à leur talent au lit.
V : Sans doute.
Pas mal le vin.
L : Qu'est-ce que vais-tu demander ?
V : Du rumsteck à la sauce Béarnoise et toi ?
L : Des huîtres.
V : Peut-être c'est une question culturelle. Trop de feuilletons ou des chansons romantiques à deux francs. De l’épistémologie affective rose accompagnée des années et des années de magazines people.
L : Tu es un misérable Valmont.
V : Ergo, it is not my fault ! Et elle ?
L : Cécile de Volanges
V : Nah... Madame de Volanges !
Alors les huîtres ?
L : Très bien, mais le pain noir n'était pas d'une fraîcheur optimale.
Et ta sauce Béarnoise?
V : Inoubliable.
L : Comme elle?
V : Non, comme son digicode.