Thursday, December 27, 2007
Wednesday, December 26, 2007
Friday, December 14, 2007
Monday, December 10, 2007
Saturday, December 08, 2007
Wednesday, December 05, 2007
Tuesday, December 04, 2007
Monday, December 03, 2007
Wednesday, October 31, 2007
Tuesday, October 30, 2007
Wednesday, October 24, 2007
por Cristián Warnken
Vuelves al litoral central, a las mismas orillas, junto al mismo mar y te das cuenta de que han pasado 30 años. Has regresado -bajo un claro cielo de octubre- a los balnearios donde transcurrieron los largos veranos de tu infancia. Ese Chile -el tuyo- ya no es del ahora. Pero, ¿es mejor o peor?
Se ha ganado mucho en tres décadas, no cabe duda: una voz -a estas alturas ya interiorizada- te repite al oído las auspiciosas cifras de crecimiento, de ordenamiento fiscal, a las que se suman los miles de kilómetros de las carreteras flamantes que les han ganado terreno a los caminos polvorientos. Sí, ¡quién puede negar los éxitos que la izquierda y la derecha unidas refriegan con orgullo sobre los rostros de los críticos trasnochados! Y digo "unidas", porque ninguna de las dos hubiera podido hacerlo en solitario. Como lo recordara tan bien un lector hace unos días, el artefacto de Parra que tanto escozor despertó años atrás -"la izquierda y la derecha unidas, jamás serán vencidas"- podría ser hoy el lema del nuevo escudo nacional (esa geometría de cubitos que suplantó al huemul y al cóndor de las iconografías de infancia).
Pero algo en ti no quiere sumarse a la celebración. ¿Es que acaso quieres volver a las fatídicas décadas de la polarización ideológica? ¿Es que te has convertido en un flagelante sin darte cuenta? No. Sé que, objetivamente, hay mucho que celebrar, pero algo en mí se resiste instintivamente a la consagración de la primavera de los "aspiracionales".
Te asomas al balcón de la casa de veraneo en la que te alojas y ves a los hijos de la antigua clase trabajadora de los años 70 con sus flamantes 4x4 -la música a todo volumen-, las muchachas luciendo sus "iPod" comprados en una gran multitienda, las abuelas respondiendo frenéticamente a sus celulares: se percibe en ellos a los que llegaron muy lejos, movidos por un "miedo inconcebible a la pobreza". No los reconoces ni ellos te reconocen a ti, miembro de una clase media que desapareció y que fue la protagonista de la épica meritocrática, que permitió que estos nuevos veraneantes ocuparan hoy sus antiguas casas en la playa. Esa vieja clase media -más austera, tal vez un poco conservadora y sin la energía de la de ahora- ya no existe: su estilo de vivir y pensar son los escombros de las grandes casas ñuñoínas sobre las que hoy se levantan altas torres funcionales, sin ningún sentido estético ni amor por la historia. Los nuevos vecinos incluso elegirán ser enterrados en un parque cementerio cuya publicidad leo en la carretera: "El único al lado de dos hipermercados y un mall".
Los miembros de la nueva clase media no quieren oír nada que huela a nostalgia, a pasado, pasado del que han huido a la velocidad de la luz. ¿Cómo no entenderlos? ¿No esperaron demasiado tiempo el fruto del "gran chorreo"?
Pero, ¿vas a bajar esta tarde a sumarte a sus asados, a comentar con ellos la última cirugía plástica de una diva local? Puedes intentar hacerlo, pero sabes que no será un gesto auténtico. Cierras los ojos y recuerdas tus largos veraneos de la década de 1970, las conversaciones morosas en los corredores de la Residencial Miramar en El Tabo. Ves a Enrique Lihn bajando a la playa de Isla Negra con un cuaderno Orión, donde escribirá su poema "Brisa marina". Todo eso se acabó. Y el "hit" del verano de entonces se te vuelve a pegar en los oídos: "Lisa, ya no eres tú/ la muchachita de la mirada azul". Afuera, todos quieren tapar la música portentosa del mar con "reggaeton" a todo parlante. Y tú recorres las calles de estos balnearios como el patético personaje de "La muerte en Venecia", ajeno, extranjero al espíritu festivo de los otros. Sí. Todo es como en "La muerte en Venecia". Sólo que sin belleza.
No suelo reproducir textos ajenos (salvo poemas) pero éste me pareció remarcable.
Tuesday, October 23, 2007
Sunday, October 21, 2007
Wednesday, October 10, 2007
Monday, October 08, 2007
Friday, October 05, 2007
Wednesday, October 03, 2007
Tuesday, October 02, 2007
Saturday, September 29, 2007
Friday, September 28, 2007
Friday, September 14, 2007
Wednesday, September 12, 2007
Tuesday, September 11, 2007
Saturday, September 08, 2007
Thursday, August 23, 2007
Sunday, August 19, 2007
Wednesday, August 08, 2007
Sunday, August 05, 2007
Wednesday, August 01, 2007
These guys, which are not as tough as they pretend to be, asked me to take some band pics. I don't know if Rap singers are actually "bands", but whatever. Their link: Tonton Skol
Should I be angry 'cause they didn't credit me? It doesn't matter. If they succeed, I'm gonna make some money out of their pics.
Saturday, July 28, 2007
This sculpture reminds me someone between tones of books triying to fill an empty page. Every word is an abyss.
Saw it in Hamburger Bahnhof and the exhibition is called (obviously) PAIN.
To cheer up I spent half an hour playing Atari Star Wars, which now has the status of Contemporary Art.
Friday, July 27, 2007
Thursday, July 26, 2007
Tuesday, July 24, 2007
Friday, July 20, 2007
Thursday, July 19, 2007
(Dialogue with a prostitute in Hackesher Markt)
She: Hallo!
Me: Sorry, I don’t speak German.
She: Hello then!
Me: Hi
She: Are you spontaneous?
Me: Yeah, I guess so.
She: And what are you doing now?
Me: I’m going to my place right across the street.
She: Why don’t we better go to my apartment?
Me: No thanks, I don’t have any money.
She: There’s a cash point here (I looked and saw a guy coming out the bank with some other girl grabbing him by his arm).
Me: No, thank you, I’m not interested.
She: Ahh, YOU ARE NOT BEING SPONTANEOUS!
I went home feeling kinda “boring-looser”.
Never underestimate the power of marketing.